jueves, 6 de septiembre de 2012

NARRATIVAS DEL DESTIERRO MEMORIAS CAUTIVAS DEL DESARRAIGO EN EL CONTEXTO COLOMBIANO


 Llegué al Pinal en Santo Domingo Savio en 1997 con un grupo de amigos, éramos muy jóvenes entonces. Nuestra ciudad empezaba a poblarse en sus periferias con miles de personas venidas de los campos. Esta realidad no era tan simple de comprender, mas las inquietudes, las preguntas que empezaba a generarme serían trascendentales en mi vida. Para el siguiente año,1998, me trasladé con mi grupo de amigos, a Robledo las Margaritas, allí nos encontramos con los Hermanos Franciscanos; un día nos invitaron a visitarlos, nos imaginábamos llegar a una típica casa de religiosos lujosa. De pronto, empezamos a cruzar desde el barrio hasta un gran caserío lleno de ranchos de madera y plástico, fue grande nuestra sorpresa al llegar a su fraternidad, la cual era un rancho más, insertado en el asentamiento de Vallejuelos. El trabajo comunitario que allí se realizaba, cambió toda mi percepción sobre el fenómeno del desplazamiento forzado, a diferencia de mi corta experiencia en el Pinal, la cual se limitaba a un acompañamiento en labores humanitarias los domingos. En Vallejuelos la iniciativa organizativa estaba basada en el trabajo de Derechos Humanos, de organización comunitaria y de formación política, se buscaba entonces un ejercicio integral de exigibilidad de los derechos como población vulnerada desde el desarraigo. En medio de este proceso yo también me fui formando, empezaba entonces a comprender el porqué de esta situación, surgía la necesidad de conocer, de indagar sobre este contexto, sobre esta realidades.
AUTORA: CLAUDIA JANNET RENGIFO GONZÁLEZ

FUENTE: (DOCUMENTO COMPLETO .PDF)

sábado, 1 de septiembre de 2012

Diagnostico Comunitario Alternativo: COMUNIDADES DE LOS BARRIOS LA CRUZ Y LA HONDA Comuna 3 de Medellín


La Cruz y La Honda fueron poblados por diferentes formas de movilidad social, como el desplazamiento forzado de las dos últimas décadas, el desplazamiento intraurbano y la expulsión de la ciudad hacia las periferias por los altos costos de vida que sobrellevan hoy los habitantes de Medellín, desde un caso tan recurrente como la problemática de los servicios públicos; también los destechados o los llamados pobres históricos, representan un alto porcentaje de su población.

Estos barrios han sido categorizados por la Administración Municipal como asentamientos subnormales y zonas de alto riesgo, ante lo cual las comunidades han realizado gestiones en infraestructura, vías, obras públicas y procesos sociales, que van cambiando el carácter de asentamiento a barrio periférico de la cuidad, librando así una ardua labor por la inclusión y un reconocimiento en la ciudad.

Desde las características especificas de su urbanización por parte de la población, sus habitantes mediante el impulso de sus líderes, han construido un espacio en la ciudad, la misma que tantas veces les ha mirado con indiferencia. Por medio de la articulación en el trabajo en red y ante el marco del derecho a la ciudad, las organizaciones comunitarias en acompañamiento con diferentes instituciones que trabajan en la promoción de los Derechos Humanos han realizado una ardua labor en la exigencia de sus derechos.

Se debe resaltar como referente histórico, que ambas comunidades han realizado un trabajo conjunto de gran impacto, como iniciativa civilista desde el enfoque integral de los Derechos Humanos. Sus líderes son certeros al señalar que La Cruz y La Honda son COMUNIDADES HERMANAS. Así, desde el fortalecimiento del trabajo en red que allí se realiza, se ha buscado impactar sobre el desarrollo de la zona de ladera de Medellín, como propuesta de sociedad que se construye en solidaridad, que hace perdurar la búsqueda de la igualdad y la justicia social, en su construcción del territorio y de un espacio, donde todos tengan un lugar para que la vida sea posible, desde la dignidad humana.

El presente ejercicio de investigación busca un análisis de las problemáticas sociales, con la elaboración y participación de las mismas comunidades, potenciando un real ejercicio de justiciabilidad e inclusión, en pro de generar acciones concretas de trasformación del territorio y la construcción conjunta de sus sueños y proyectos a futuro, como la construcción del Plan de Desarrollo del barrio La Honda y la revisión del Plan de Desarrollo de La Cruz.

Así pues, las poblaciones asentadas en las laderas de la ciudad de Medellín han generado vastos ejercicios de trabajo comunitario, caracterizándose por un alto nivel organizativo, al igual que un sentido profundo de justicia. Un rasgo importante en sus caminos de exigibilidad ha sido el reclamo por la memoria, que buscan preservar de maneras alternativas como el teatro, los diagnósticos comunitarios y las galerías de la memoria, entre otros.


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http://www.cjlibertad.org/files/Cartilla%20La%20Cruz%20y%20La%20Honda%2C%202010.pdf

domingo, 1 de julio de 2012

Territorio, identidad y ciudadanía en los barrios La Honda y La Cruz


Por: Milton Jairo Espinosa Pérez

Este  ensayo  pretende  dar  cuenta  de  la  construcción  de  ciudadanía  por  parte  de 
los pobladores de dos barrios —situados en la Comuna 3— de la ciudad de Medellín, desplazados en su gran mayoría de diversos  lugares de Antioquia. Estos barrios son un espacio concreto, delimitado y con  un proceso histórico rico en sus  formas de poblamiento, la diversidad de culturas y un territorio muy particular porque parece que los barrios La Cruz, y La Honda se han movido en esa ambigüedad de si hacen parte del área urbana de la ciudad o si es un área rural. Esto ha servido para que la  Administración Municipal por mucho tiempo no los  reconociera como parte del área urbana y, por tanto, como parte de la ciudad, y sus habitantes como constructores de  ciudad.
El barrio es el gran mediador entre el mundo privado de la casa y el mundo público de la  ciudad. Espacio  donde  se  generan  las  nuevas  mezclas —hibridaciones— de  identidades  culturales.  La formación  de  la  identidad es  un  proceso  continuo,  pero desigual,  individual,  aunque también de grupo, de barrio, de región, de una cultura, una nación o ciudad. La identificación ocurre o se da en esa pequeña escala: el vecindario, el  barrio y la familia. Estas mediaciones de la experiencia cultural de los individuos y los grupos sociales funcionan en la ciudad  como instrumentos constructores de espacios de identidad y de nuevas formas de sociabilidad y socialización de la experiencia cultural.

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domingo, 25 de marzo de 2012

Vamos a trabajar en convite: mecanismos de transformación del territorio de los habitantes del barrio la Honda de la Comuna tres de Medellín

 Autoras:
Deisy Ríos Castro
Natalia Marín Pineda
Yuliana Osorno Vanegas

Este artículo da cuenta de los resultados de la investigación Vamos a trabajar en convite: mecanismos de transformación del territorio de los habitantes del barrio la Honda de la comuna tres de Medellín, la cual buscó evidenciar los mecanismos de transformación del territorio de los habitantes del barrio la Honda de la ciudad de Medellín, tomando como eje transversal la memoria, para así dar cuenta de los procesos, trayectorias de destierro, asentamiento y reconfiguración de identidades de dicha comunidad. Se encuentra dividido en dos capítulos, el primero “Todavía soñamos, todavía esperamos: poblamiento y consolidación del barrio la Honda” da cuenta del proceso de poblamiento del barrio; el segundo capítulo “Llegué, paré mi ranchito, y aquí estoy: poblamiento, acción colectiva y transformación social del territorio de los habitantes del barrio la Honda”, se enfoca en la transformación social del territorio del barrio la Honda, resaltando algunos de los mecanismos más efectivos usados por la comunidad, en la búsqueda de un bienestar colectivo. Finalmente presenta algunas conclusiones basadas en el desarrollo de los capítulos anteriormente mencionados, donde las voces de los sujetos cobran un papel importante en el momento de la construcción de los resultados y,
asimismo, ofrecen algunas claridades acerca de su historia y las necesidades de este barrio.
Introducción
El territorio se constituye como eje central de la mayoría de los conflictos por los cuales ha atravesado históricamente Colombia, en los cuales “el control y dominio sobre espacios geográficos estratégicos se traducen en intereses de carácter político y económico” (Pérez, 2004: 6). El territorio se configura no solo como el portador de cuantiosos recursos naturales, sino como un escenario donde confluyen y se confrontan las relaciones de poder de los diversos grupos que se disputan la apropiación de la tierra, generando así múltiples formas de violencia.
Esta problemática no es ajena al Departamento de Antioquia que cuenta con alrededor de 63.612 kilómetros cuadrados, configurándose como una de las regiones más ricas en recursos culturales –población indígena, afrocolombiana y mestiza–, gran diversidad geográfica y natural –potencial hídrico en Oriente, Magdalena, Cauca y Atrato; fertilidad de las planicies aluviales y costeras en Urabá, Magdalena Medio y Bajo Cauca; presencia de cuatro pisos térmicos; biodiversidad en el Atrato Medio y dos parques naturales: Las Orquídeas y Paramillo; y 58% del suelo es apto para el uso forestal (tomado de Planeación Antioquia)–. También es el segundo departamento con mayor extensión de costa en el Océano Atlántico (325Km); convirtiéndose en una región con un alto potencial para la atracción de capital nacional y extranjero, generando conflictos en el ritmo de vida de la población y en sus formas de uso y prácticas del territorio, llevando en muchas ocasiones al destierro de sus moradores originales. En la última década, según un informe del gobernador Luis Alfredo Ramos, se han desplazado 540.000 personas en Antioquia (Álzate, 2010), siendo Medellín la segunda ciudad receptora de población desarraigada en el país, sin embargo esta ciudad también ejerce una territorialidad excluyente, cerrándose ante los desarraigados, bajo el argumento de no tener capacidad para atender tal fenómeno. Asimismo, Medellín se encuentra inmersa bajo la lógica del conflicto social y armado, debido a su “infraestructura vial, geografía, diversidad e hidrología –dada su cercanía a las carreteras al mar, a la Costa Atlántica, al Magdalena Medio y a los ríos Atrato, Cauca y Magdalena– (...) lo cual desata, la lucha por el control político y militar en los barrios de la periferia, aledaños a esas rutas naturales o trazadas” (Yarce, 2007).

 
 FUENTE: 
CUADERNO DE SOCIOLOGIA UDEA. DOCUMENTO COMPLETO:

martes, 28 de junio de 2011

LA CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE DESPLAZAMIENTO FORZADO INTRAURBANO

 Las lecturas del desplazamiento forzado intraurbano parten de entenderlo como una tipología nueva del desplazamiento forzado interno, donde el desplazamiento forzado es una realidad fáctica, un proceso complejo y cambiante, en el que va inmersa la vulneración continua de los derechos humanos por diferentes actores, entre ellos, el mismo Estado a través de acciones que producen el desplazamiento involuntario de sectores de la población, y luego del hecho del desplazamiento, a través de la negativa de las autoridades encargadas de realizar la atención y protección a la población que sufre el desplazamiento.
En el desplazamiento intraurbano coexisten cuatro circunstancias: un escenario territorial determinado –el urbano o conurbano–; el conflicto como factor determinante; la inminencia
de la huida para tratar de mantener la vida o la libertad, y la vulneración de derechos producto del redesplazamiento.
El reconocimiento del desplazamiento intraurbano se hizo por vía judicial, a través de la sentencia T-268 de 2003 de la Corte Constitucional; a partir de ella se declara la configuración del fenómeno dentro de las ciudades y se encuentran dos elementos constitutivos del fenómeno: el abandono del hogar y la existencia de coacción que obligue la huida. La Corte afirma que el inciso primero del artículo 1 de la ley 387 de 1997 no exige el abandono de la localidad, basta con el simple abandono del lugar de residencia o de las actividades económicas habituales.
La segunda característica, la de la coacción, aparece relacionada con el artículo 2 del decreto 2569 de 2000, y el artículo mencionado, donde se asume la coacción como aquella situación que es producida por circunstancias que puedan perturbar o perturben el orden público, y que sean factor para la salida forzada (Corte Constitucional, Sentencia T-227 de 1997, 1997). Basta que confluyan estos dos elementos para estar en presencia del desplazamiento, intraurbano o no. No obstante, para el caso intraurbano autoridades han calificado estos elementos, especialmente el de la coacción, para poder reconocerlo. Dicha calificación se hace a través de exigir un actor determinado que provoque el hecho, ligado al conflicto político armado, o la perturbación efectiva del orden público.
BALANCE DE HIPÓTESIS INTERPRETATIVAS SOBRE EL DESPLAZAMIENTO FORZADO INTRAURBANO

  Alrededor del surgimiento del desplazamiento forzado intraurbano, se tejen versiones ligadas
a los cambios y concepciones que nacen con relación al conflicto, a su dinámica y a su configuración relativa al espacio de la ciudad; las dos más relevantes se refieren: la primera, a entender que el desplazamiento intraurbano es una consecuencia de guerra; la segunda parte de admitir que desplazamiento forzado dentro de un cambio de visión de la guerra es una acción directa bélica con consecuencias que redundan en el fortalecimiento y establecimiento
del actor armado.

 EL DESPLAZAMIENTO FORZADO INTRAURBANO COMO CONSECUENCIA DE LA GUERRA

 El cambio de las estrategias de guerra, la mutación de los actores y el aumento de los combates dentro de la ciudad traen como consecuencia la movilización de personas de la ciudad hacia otros sitios dentro de la misma para huir de la violencia. Las explicaciones que se dan frente a la aparición del fenómeno giran en torno al escalamiento del conflicto armado, iniciado por el surgimiento e instauración de actores armados políticos en la ciudad (Bedoya, 2003).
En este sentido la producción del desplazamiento forzado intraurbano se explica por dos factores: el primero, la existencia de unos actores armados inusuales, propios del conflicto político armado, en el espacio urbano y su choque por el territorio. El segundo, determinado por la ausencia del Estado en algunos sitios de la ciudad, evidenciada en falta de inversión de recursos públicos en infraestructura estatal y seguridad, por lo que diferentes actores armados ilegales ganan poder en el territorio urbano (Granada, 2003).
FUENTE:
ATEHORTÚA ARREDONDO, Clara Inés. Caracterización del desplazamiento forzado intraurbano. Medellín 2000-2004. Opinión Jurídica [en línea] 2009, vol. 8 [citado 2011-06-28]. Disponible en Internet: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=94512330007. ISSN 1692-2530.

martes, 21 de junio de 2011

Estigmas territoriales y distinciones sociales:Configuraciones espaciales en la ciudad de Medellín

En la ciudad vivida cotidianamente, emitimos  juicios sobre los lugares que visitamos y los que  no nos atrevemos a visitar. Este hecho, que podría parecer muy simple y natural, fue una de las  principales motivaciones para preguntarnos sobre  las formas como las imágenes que tenemos de los  “otros”, extraños o cercanos en nuestra ciudad, nos están definiendo mapas de ciudad y rutas  para seguir o evitar determinados lugares. Todo  esto, no sólo como una forma de experimentar  un espacio particular sino como una forma de  construir nuestras relaciones sociales. Es decir,  de la proximidad o lejanía con los “otros” que  habitan un mismo espacio; desde la diferenciación del “otro” a partir del sentido de la distinción  social (Bourdieu, 1998). La pregunta que nos sirvió como carta de navegación en las cotidianidades  de, aproximadamente, 70 jóvenes de la ciudad de  Medellín fue ¿Cómo nuestras experiencias, en el  habitar la ciudad, configuran y reflejan distinciones  sociales?
Tres colegios de diferentes estratos socioeco­nómicos y diferentes sectores de la ciudad fueron  el escenario para realizar el trabajo de campo.  En el primero, la institución “Gente Unida Luz de  Oriente” ubicada en el sector de La Honda del  barrio La Cruz, trabajamos con jóvenes de grado  noveno, entre los 15 y los 20 años de edad; la  mayoría de estos jóvenes son provenientes de  otras regiones de Antioquia e incluso de Colombia; muchos fueron desplazados por la guerra y  la mayoría han vivido el desplazamiento intraur­bano, es decir, se han movilizado por diferentes  barrios de la ciudad, al ritmo de la intensificación  del conflicto urbano en ciertas zonas. El segundo  colegio fue el “INEM José Félix Restrepo”, institución educativa seleccionada como el lugar donde  podríamos encontrar jóvenes de diversas zonas 
de la ciudad y de diferentes estratos sociales. Allí  trabajamos con un grupo de aproximadamente  35 jóvenes habitantes de barrios como Castilla,  Belén, Santa Fe, Campo Valdés, Aranjuez, El  Centro, Robledo, Belalcázar, Pedregal e, incluso, otros municipios del área metropolitana como  Envigado, Bello e Itagüí. La tercera institución  fue el “Colegio Waldorf Isolda Echavarría”, elegida  principalmente por el carácter privado y por el  hecho que sus estudiantes provienen de estratos  socioeconómicos altos; pero también nos interesó su enfoque pedagógico Waldorf, que la diferencia  de otros colegios privados en la ciudad, menos  abiertos a este tipo de proyectos. Esta característica del colegio permitió, de alguna manera, la  receptividad frente al proyecto. Este artículo constituye, entonces, un acercamiento a los resultados del trabajo llevado a  cabo con los grupos de jóvenes de estas tres instituciones.
Inicia con una mirada general al  tema de las distinciones sociales y el estigma  territorial para, posteriormente, conocer algunas de las imágenes y relatos sobre la ciudad que  los jóvenes construyen en su habitar cotidiano. 
Finalmente, propone unas reflexiones sobre el  papel del estigma y el estereotipo en las maneras  de pensar y habitar la ciudad.  Partimos de dos ejes analíticos que permiten  pensar la relación entre habitar un espacio, las  percepciones y las recreaciones que los sujetos  construyen de este espacio (físico y social) y de  sus habitantes. Estos ejes son: distinción y espacio  social y estereotipos y estigmas.

FUENTE:

domingo, 27 de marzo de 2011

La Cruz y La Honda: Desplazados, desarraigados, revictimizados en la periferia de Medellín

La situación de desplazamiento que ha padecido la comunidad del barrio La Cruz y el Asentamiento de Desplazados La Honda en la ciudad de Medellín, es una condición que no puede entenderse por fuera del contexto político que ha vivido el país y la ciudad de Medellín, en donde aquellos violentados por la guerra se han refugiado en una ciudad, que por su condición industrial, y en la actualidad más dedicada a la explotación del sector terciario de la economía, los servicios. Es una ciudad grande, con una importante cantidad de habitantes (mas de dos millones y medio) donde persiste la restricción de empleos, los problemas de vivienda, salud, educación y violencia, una ciudad que aún no los ha reconocido como víctimas de una guerra que ellos y ellas no pidieron conocer.
“Inicialmente se debe señalar que las comunidades de La Cruz y La Honda se han constituido desde la historia de conflicto del país, con migraciones masivas o por goteo generadas desde los años 70, así como lo indican los líderes comunitarios el desplazamiento es permanente en nuestras comunidades” (entrevista líder
comunitario) pues la llegada de familias desarraigadas ha sido constante. Así para mediados de los 70 inicia la historia de la Cruz, barrio que se va consolidando para finales de los 80. Para finales de los años 90 se fue configurando La Honda, la que fuera tomada como sector de la Cruz, sin embargo sus habitantes siempre han
buscado ser una comunidad autónoma” (GONZÁLEZ, 2008)3 Autodenominados Asentamiento de Desplazados (La Honda) desde el año 1995, cuando bajo el mandato de Álvaro Uribe Vélez, quien para entonces era el Gobernador del Departamento de Antioquia, se intentaba configurar la zona como
invasión y sin derecho a habitar la ciudad, son territorios habitados por personas de muchos sectores del país, entre ellos, gran parte del Urabá Antioqueño.
“El proceso de desplazamiento en este caso específico en el que el grupo que llega al barrio, llega de forma conjunta, obedeciendo en parte al proceso de organización que tenía en el lugar de origen y que incluso hace parte de los motivos por los cuales ha sido desplazado de allá. Esta organización se evidencia en la solidaridad que expresan para organizar el lugar de llegada. Pero a su vez la llegada de los desplazados genera solidaridad entre ellos y de la comunidad que los recibe hacia ellos. Estos habitantes del barrio La Honda son desplazados de nuevo en 2003 ante la operación Estrella 6, en la que se llevaron algunos líderes
del barrio. Algunas condiciones actuales del desplazamiento es que continúa, que no tienen registro o ayudas, perdieron su tierra, no hay reparación. No hay posibilidad de retorno por miedo a él. La población de desplazados sobre el total de habitantes de La Honda es del 70,7%” (Entrevista realizada a María Eugenia
Moreno S.)
“Un 54.8% de la población de la Cruz y la Honda es víctima del desplazamiento forzado y sus condiciones de vida tras años de destierro se encuentra en una constante vulneración, a un 52% de la población se la ha negado el derecho al registro y por tanto el reconocimiento como víctima del conflicto colombiano lo cual
incrementa los niveles de impunidad en nuestro país. Por último los desarraigados de la Cruz y la Honda perdieron 14. 656 hectáreas de tierra en sus lugares de origen lo cual resulta vergonzoso ante las condiciones en las cuales habitan hoy, en su lucha por un espacio en la ciudad y por la exigencia de una reparación
integral y con dignidad”. (Diagnóstico Comunitario Alternativo, 2010).

FUENTE: 
DOCUEMENTO EDUCACIÓN NARRADA EN LA HONDA Y LA CRUZ. Curso Diseño de Investigación Cualitativa, semestres 2009-2 y 2010-1. UdeA. PAG. 9,10 y 11
http://cuadernosdesociologiaudea.files.wordpress.com/2011/02/tdg-educacic3b3n-narrada-en-los-barrios-la-honda-y-la-cruz.pdf